Me ha llevado bastante tiempo demostrar que hay bastantes hábitos y puntos en común que van inherentes a personas infelices, pero en seguida me di cuenta que much@s de nosotr@s, tod@s, tenemos malos días, así que no nos volvamos locos con la búsqueda de la felicidad absoluta, ya que no conseguirla puede provocar el efecto contrario.
Y me sabe un poco mal escribir este artículo, con un título tan directo, porque puede parecer que estoy aquí dando consejos como un gran conocedor de este asunto. No es así.
Y hablando de mí puedo decir que no ha habido demasiados, pero sí, recuerdo días malos. Sí, también recuerdo no haberme sentido para nada desgraciado, infeliz o deprimido; puede que algo más apagado de lo habitual o incluso desmotivado, pero no destrozado por dentro o sin encontrar sentido a la vida. Fueron malos días, pero pocas cosas son tan graves para sentirnos así, y haberlas haylas, pero normalmente reaccionamos de manera exagerada ante las cosas que nos suceden (especialmente las malas).
Estoy de acuerdo en que cada un@ es diferente y que todo tiene cabida en este mundo, pero creo que haciendo una reflexión sobre los factores en común que los unen, existe la posibilidad de reconocerlos en un@ mism@ para así, ir despejándolos paulatinamente y quién sabe si conseguimos ser menos infelices o más felices (si es que en realidad queremos, claro).
Lo escribo así, directamente: El 40% de nuestra capacidad para ser felices se encuentra en nuestro poder de cambio.
Qué opinas?
No lo digo yo, sino Sonja Lyubomirsky, de la Universidad de Psicología de California.
Yo, profano en esta materia a nivel académico, pero no tanto a nivel personal, diría incluso que me parece un porcentaje bajo, aunque debe ser muy alentador y motivante también ver que este porcentaje; ¡es casi la mitad! Por tanto, sí, aún hay esperanza. Voy a quitar el aún: ¡Hay esperanza!
Y es que te aseguro que hay millones de personas en este planeta que son felices y, dentro de éstas, algunas incluso son muy felices,jajaja, supongo que dependiendo del día 😉
Aquí convendría releer uno de los textos que yo mismo escribí sobre la felicidad y la alegría que, resumiendo muy mucho, viene a ser la duración de ese estado.
Voy a pasar ya al tema que nos ocupa en este texto, artículo o como lo quieras llamar, y la pregunta es clara: Eres infeliz?
Aquí tienes los factores que caracterizan a las personas infelices (no las voy a ordenar por importancia, pero sí por magnitud y, como siempre, desde mi punto de vista).
Las personas infelices:
1.Se anclan en el pasado.
Cualquier tiempo pasado fue mejor. Eso dicen y eso quieren creen, porque en realidad lo que pasa es que tienen mala memoria, jajaja. Ningún tiempo es perfecto, y menos el pasado, pero quieren recordarlo así para demostrar que ahora están peor de lo que estaban antes y así seguir en su estado. Destacan mucho los temas de salud, obviando que el tiempo pasa para tod@s y que cada vez somos más mayores, lógicamente; pero para este perfil de personas, eso de pasar el tiempo más bien lo ven como morir lentamente. Su lema es mítico: ¡qué tiempos aquellos!
2.Creen a ciencia cierta que la vida es dura y, además, no parece posible cambiar eso. Por tanto, solo queda la resignación, el victimismo y esperar un, aparentemente, cambio fortuito de los acontecimientos.
Se repiten dogmas de fe como: “es que fíjate”, “siempre a mí”, “por qué me pasan estas cosas”, y otros grandes éxitos como: “si se veía venir”, “ya lo sabía yo”, “qué mala suerte”, “si lo llego a saber”, etc.
3.Piensan que no se pueden fiar de nadie. Desconfían de todo y de todos, es lo que viene a ser puro miedo. Esto les cierra su círculo de relaciones personales, así como también les aleja del mundo exterior, lo que los hunde más en su estado, opinión o posición, por subjetivo que cualquiera de éstos sea.
Entre sus frases más recurrentes están: “no me fío”, “me huele a chamusquina”, “aquí hay gato encerrado” o, el mejor de todos: “demasiado bueno para ser verdad”. Terrible, ¿verdad?
4.Se comparan con otr@s.
Y sea verdad o no, siempre salen perdiendo o están en una situación inferior.
Este apartado se explica solo, únicamente queda añadir frases hechas como: el césped siempre está más verde en el otro lado.
En algunos casos, solo algunos, parece además que entienden que la suerte es limitada y cuando otr@s la tienen, ya no la pueden tener ellos, como si hubiera un cupo limitado, jajaja. Siento reírme, pero es que es ilógico, irreal y, también, imposible.
Algunos argumentos que usan son: “si yo fuera así”, “a cualquier otro le habría…”, “si estuvieras en mi situación” o el habitual, “sí, claro, para ti es fácil”.
5.Tratan de controlar su vida a cualquier precio.
Están obsesionad@s con tener su vida bajo control, sin saber que eso no es posible. Además, les supone un gran sufrimiento ver que no es así. Y lo pagan; vaya si lo pagan. La vida es incontrolable, por suerte, y siempre te va a traer sorpresas.
No sé por qué piensan que las sorpresas son negativas, no sé qué daño les puede hacer, pero se pasan el día tratando de controlar todas las pequeñas cosas para que el resultado sea EXACTAMENTE el que ellos esperaban. Y si no lo es: hecatombe. No es un traspiés o una decepción, no. Desastre total.
6.Se centran en lo que va mal.
E incluso llegan hasta al punto de apartar lo que va bien (no sea que…).
El mundo no es perfecto ni las personas tampoco, es evidente, pero centrarse en lo malo, les lleva a esta infelicidad que les hace pasar por alto y poner impedimentos a todo lo que no concuerde con su línea negativa de actuación y pensamiento, da igual lo positivo y/o evidente que ello sea; solo importa lo negativo.
Frases como: “Sí, pero”, “si al menos”, entre otros.
Siempre con condicionales y con contrastes del tipo: “pero…”, “aunque…”, “menos…”, etc.
7.Piensan en el futuro con temor.
Todo supone una preocupación, algo negativo. De cierta manera es normal, porque con sus mentes llenas de pensamientos de este tipo, al final no pueden pensar en otra cosa y se descarta cualquier resultado diferente. Pero el futuro es incierto y eso les envuelve aún más en la espiral de duda, lo que les provoca miedo, temor a lo desconocido.
Suelen decir: “!a saber!”, “uy no, mejor no”, “ya verás como al final…”, “pff, ¡y lo que nos queda!” y muchas más del mismo estilo.
8.Suelen hablar mucho de los demás.
De sus vidas, de sus trabajos, de sus pertenencias, etc. Todo lo de lo demás es genial y mejor que lo propio. ¿A quién le importa si es verdad? el caso es quejarse, mostrar disconformidad, apatía, desgana, desidia, pasividad y, en definitiva, amargarse y dar pena siempre. Encontrar un motivo externo para justificar como me siento por dentro. Hacerse la víctima les hace ver que ellos no pueden hacer nada, lo cual les alivia de la responsabilidad de tener que hacer algo al respecto. Muy cómodo (supongo)
Podría escribir muchas más, pero ya las sabéis, tod@s las sabemos y son innumerables. Sólo he destacado las más comunes para que reaccionéis en el caso que os veáis reflejado con una o varias de las actitudes recién comentadas.
Y sí, no dudéis que todos tenemos malos momentos, días en los que no apetece nada e incluso que lo vemos todo de color negro. Esto también pasará, y tardará más o menos dependiendo de nosotros, en gran medida(no sólo en un 40%).
Aviso: no te quedes mucho tiempo en ese estado, en ese momento negativo, o te sentirás cómodo en él y llegará a formar parte de ti.
En otro texto verás ese césped verde del que hablábamos antes. Está más cerca de lo que crees y, para llegar a él, solo tienes que mover un pie hacia allí, verás cómo cambia el color de las cosas con cada paso que das.
Y recuerda: te vas a caer, no te quepa duda, y no va a ser la única vez.
Ahora depende de ti: ¿vas a levantarte? deberías, puedes hacerlo, y si es pronto, mejor, no sea que te costumbres a estar ahí abajo…
Piensa en esta metáfora:
Cuando nos caemos, nos hacemos daño y, en forma de lesión o de herida, tenemos que curarnos, ¿verdad?
Si es una lesión, mejor hacerlo bien para que no recaigamos en el futuro.
Si es una herida, mejor limpiarla bien, ya que puede infectarse, y las consecuencias pueden ser muy dolorosas y largas en el tiempo.
Si nos podemos curar nosotros, genial, en caso contrario, hay que ir a un especialista.
Espero que sepas entender lo que te estoy diciendo, porque TU VIDA ESTÁ EN JUEGO, y solo hay una.
Vive más, quéjate menos.No pienses tanto y muévete más.
La canción que te propongo hoy es, claramente, “La herida” de Héroes del Silencio. Espero que la disfrutes.
0 comentarios