Me habría gustado…
…No llorar por aquel caramelo que me quitaron, pero me pareció una gran pérdida en aquel entonces cuando el mismo era mi única posesion y uno de los grandes placeres que en aquella temprana edad tenía.
…No enfadarme con aquel amigo de clase por reírse de mí, pero necesitaba aprender que cada persona es libre de opinar y decir lo que quiera y que yo sólo podía controlar la forma de tomarme eso y decidir cuán importantes eran para mí las opiniones de los demás y en qué medida y cuánto me afectarían éstas.
…No enamorarme perdidamente de mi primer amor, para luego darme cuenta que no era de ella, sino del amor, de la sensación…era del sentimiento de lo que de verdad me había enamorado; perdidamente.
…No haberme equivocado en aquella elección universitaria que, pareciéndome bastante positiva, no lo era realmente salvo por el hecho que mis seres queridos, intentando velar por mi bienestar, me hicieron verlo con esas gafas. Nada más lejos de la realidad
…No sufrir tanto por cada cambio sentimental, por muy duro que en aquel entonces pareciera, no lo era; y si lo era, merecía tal desgracia temporal y pasar por ello era más que necesario, puede que incluso justo.
…No haberme enfadado con esa amiga, pero tenía que saber que ella podía emplear su tiempo con quien quiera y, también, el tiempo que quiera; ¡cómo podía entender yo que no tenías que pedirme permiso ni darme explicaciones!
…No haber cambiado mis hábitos del sueño, pero era necesario valorar que la luna y el sol marcan los parámetros normales de la actividad humana en lo que a horarios se refiere y la mejor forma era experimentarlo personalmente.
…No haber tenido ese dolor de cabeza tan brutal que me dejó dos días en otro mundo, mucho peor éste, y que fue una particular manera de aprender que todo está bien en su justa medida y que el exceso me podía llevar al lado opuesto del bienestar y la satisfacción de la manera más fácil y directa.
…No haber tardado tanto en tenerte. Sabía que te quería, pero no podías llegar de cualquier manera ni en cualquier momento. Un camino tan largo, para toda la vida, requiere de la mejor compañera de viaje, de la más apropiada, pues así se llevan mejor las curvas del viaje y también se disfrutan mejor las rectas.
…Haber sido más tranquilo, haber analizado mejor todos los detalles y, de esta forma, habría perdido menos dinero, pero nadie aprende de la experiencia ajena y debía pasar por ello de la manera más cafre e irracional, propia de aquellos momentos de burbuja que tan cíclicamente se repiten…y en los que no volveré a caer. No así.
…No haber tenido tantas parejas y que tú hubieras sido la primera; pero con todas me equivoqué lo suficiente para aprender que el daño que les estaba haciendo involuntariamente, también me lo estaba haciendo a mí mismo. De todo ello, de lo bueno y lo menos bueno, he de agradecer a la vida. A todas ellas les doy las gracias; por el aprendizaje, la experiencia y, también, por el resultado final, pues cada una era necesaria para llegar a ti. Pero lo que más les digo es PERDÓN. Perdón por las equivocaciones. Perdón por lo dicho, y también por lo no dicho. Espero haberlas ayudado de la misma forma en que ellas lo hicieron conmigo; aunque no siempre fuera de la forma deseada, parecía ser la necesaria.
…Haberte conocido antes, porque te habría disfrutado mucho más tiempo…
Lee otra vez el título de este texto. Es mentira. Todo el texto, también es mentira. No me habría gustado que nada fuera diferente, porque todo ello me llevó aquí y así debía suceder. No concibo otra realidad que la que tengo porque yo, de una manera u otra, así lo elegí.
Me gusta ésto. No podría ser de otra forma. 🙂
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